Todos sabemos que hay colesterol bueno y colesterol malo, pero también sabemos que es este último el que más parece estar presente en el organismo, y por ello debes estar atentos porque el colesterol es un causante de infarto. Cuando hay demasiado colesterol en la sangre, el mismo se instala en las arterias con lo que se ven disminuídas en su diámetro, estrechándose e impidiendo la normal circulación de la sangre. Esto se conoce comúnmente como arterioesclerosis. Cuando una artería se bloquea del todo, la sangre deja de circular y el corazón sufre un infarto.
Para evitarnos niveles altos de colesterol que pongan en riesgo la salud de nuestro corazón y por ende nuestra vida, hay que hacer algunos cambios que aumenten nuestra calidad de vida, reduciendo el colesterol malo y haciendo más fuerte nuestro sistema circulatorio y corazón. Y estos cambios no son más que fáciles cambios en la dieta que toda persona puede hacer y que a la larga aseguran un estado de salud, libre del riesgo de colesterol alto e infarto.
Cambiar nuestra dieta aumentando el consumo de carnes magras, carnes de ave y carnes de caza. Evitar el consumo de lácteos pero si se desea no prescindir de ellos optar por todos aquellos que sean descremados. Consumir al menos 2 veces por semana pescado azul, cuyos nutrientes se ha comprobado contribuyen en muchas maneras a la salud del corazón y del organismo en general. Utilizar para cocinar el aceite de oliva, ya sabemos todos que el mismo es uno de los factores que hacen de la dieta mediterránea la dieta más saludable.
Aumentar el consumo de frutas y verduras así como de granos integrales, cocinar utilizando muchas legumbres de probada eficacia en la salud general de nuestro organismo, evitar tanto como se puede freír los alimentos y optar por asar, cocer o cocinar al vapor.
En cuanto al ejercicio para evitar el colesterol alto y el riesgo de infarto, no hace falta hacer prolongadas sesiones de ejercicio basta con una pequeña caminata diaria de 10 minutos y otros ejercicios de bajo impacto, es de primordial importancia que antes de empezar una rutina de ejercicios se consulte con el médico para así evitar complicaciones que puedan surgir, sobretodo si no se ha hecho actividad física como aeróbicos o ejercicios de todo tipo durante considerable tiempo y si se tiene exceso de peso.
En el caso de las mujeres se sabe que el consumo de estrógenos en la post menopausia reduce el riesgo de sufrir un infarto pero que esos estrógenos beneficiosos en un sentido pueden ser perjudiciales para el sistema reproductivo porque aumentan el riesgo de cáncer, así que hay que consultar con el médico para una alternativa que permita aprovechar esa ventaja de impedir el riesgo de cáncer pero al mismo tiempo protegerse del riesgo de un infarto.
Sobretodo los médicos recomiendan una terapia antiestrés pues se sabe que el mismo aumenta la presencia de la hormona cortisol y una sensación de tensión tal que afecta la tensión arterial y con ello el corazón. Hacer yoga, nadar,, respirar profundamente, y las actividades al aire libre ayudan enormemente en la prevención de un infarto. Como siempre nos dijeron prevenir es mejor que lamentar, unos pocos cambios significan mucho en la vida.
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